Seguro que muchos ya habéis caído rendidos más de una vez a los encantos de la repostería típica de la provincia de Huesca.

Pero para aquellos que no la conozcáis cuáles son los postres y dulces más típicos que podéis degustar en vuestras próximas visitas a tan maravillosa provincia.

Trenza de Almudevar

Aunque no es uno de los postres más tradicionales, puede que sea el que más éxito tiene entre el público. Una exquisita trenza elaborada con hojaldre de mantequilla que va rellena de varios frutos y secos, yema y decorada con pasas, nueces y almendras.

Su textura crujiente por fuera y jugosa en el interior se consigue gracias a su lenta fermentación y su perfecta cocción. Es un producto que se hace a diario y se vende siempre fresco. Además no lleva ningún aditivo.

Se puede consumir prácticamente a cualquier hora del día. Para desayunar con un buen café con leche, como postre después de la comida o de merienda.

Pastel Ruso

Su pastel estrella que consiste en una delicada combinación de avellana, almendra, clara de huevo y mouse de praliné. Gracias a su refinado gusto en boca está considerado un producto de la más alta gastronomía.

Según cuenta la leyenda, este dulce era uno de los favoritos de los Zares de Rusia, que tuvieron el honor de probarlo en la Exposición Universal de París en 1855 y quedaron totalmente enamorados de su sabor, de ahí el nombre de pastel ruso.

Otra de las características que lo hace más exclusivo es que sólo se elabora en algunos puntos concretos de la provincia.

Castañas de mazapán

Su origen se remonta a mediados del XIX cuando un pastelero de Huesca decidió adaptar este postre típico de la zona del pirineo francés.

Raimundo, que así se llamaba, comenzó a fabricar un dulce de mazapán con forma de castaña al que añadía al final del proceso un baño parcial de caramelo coloreado para imitar el color rojizo del fruto.

Las castañas de mazapán están elaboradas con ingredientes de alta calidad y los turistas las compran mucho para llevar de como recuerdo de Huesca.

Pan de San Lorenzo

Uno de los postres más sencillos y ricos que se suele degustar en las fiestas en conmemoración al santo patrón de Huesca.

Harina, leche, mantequilla, frutas confitadas… Aunque sus ingredientes son muy básicos, la elaboración de este dulce tan esponjoso es muy compleja, de ahí que su miga sea tan tierna y jugosa.

A la hora de comerlo se recomienda cortar el pan en rebanadas finas para poder apreciar bien los aromas de las especias y esencias con las que va condimentado.

Campanas de Huesca

Pastas de almendra marcona muy crujientes que rememoran la leyenda de la campana de Huesca.

La historia cuenta como Ramiro II el Monje, rey de Aragón, mandó llamar a doce nobles que se oponían a su voluntad con el pretexto de mostrarles la grandiosidad de una campana que se podía escuchar en todos los lugares del reino, pero para lo que realmente los había hecho llamar era para decapitarles por rebeldes.

Llevan elaborándose desde 1880 de manera totalmente artesanal por sus pasteleros desde hace cinco generaciones.

¿Te mueres por un dulce tan apetecible como estos verdad? Pues viaja con Avanza a Huesca y no te quedes con las ganas de probarlos!