¿Has visto alguna vez una ciudad convertida en un enorme jardín?
Durante una semana, las calles de Girona se llenan de los aromas penetrantes y el vistoso colorido de las flores y plantas para celebrar la fiesta de Temps de Flors.
Siendo una de las fiestas más importantes de la primavera en el país, le ha dado mayor prestigio a la localidad catalana y ha hecho que se convierta en destino turístico.
Girona, Temps de Flors lleva celebrándose desde 1954 y ha ido cambiando de escenarios con el tiempo, pasando por diferentes lugares emblemáticos. Desde patios y jardines de viviendas particulares a edificios de gran interés cultural y monumental que de normal no se pueden visitar durante el resto del año.
Los arreglos florales están hechos conjuntamente por profesionales, vecinos y aficionados que quieren participar en la fiesta. Aproximadamente unos 145 proyectos florales distribuidos en 84 patios, 51 exposiciones y 10 jardines.
En el itinerario, que se realiza por el Barri Vell, el visitante puede contemplar las impresionantes creaciones florales clásicas y experimentales que adornan cada uno de sus rincones convirtiéndolos en auténticas obras de arte.
Los puntos estratégicos que el visitante no se puede perder son: Plaza del Vi, Rambla de la Libertad, Sant Martí Sacosta, Centro Bonastruc Ça Porta, Museo de la Historia de la Ciudad, Catedral de Santa María, Iglesia de Sant Feliu, Muralla, Baños Árabes y Sant Pere de Galligants.
Además de la propuesta artística, se celebran todo tipo de actividades en las que pueden participar desde niños hasta mayores. Concursos de fotografía, escaparatismo y cine, festival de música a Capella, el día Europeo de la Ópera, jornada de puertas abiertas en los museos, etc.
En cuanto a las propuestas gastronómicas los restaurantes que se suman al evento Gastroflors incluyen las flores como parte de los ingredientes de los menús temáticos que sirven esos días. Productos de alta calidad llegados del mar y la montaña.
Aprovechando la fiesta Temps de Flors la visita cultural por la ciudad está más que asegurada.
Además de los lugares anteriores, destacan el Palacio Episcopal, el Convento de San Pedro Galligans, del siglo XII; la Iglesia de San Nicolás o el Convento de Sant Doménech de estilo gótico.
Desde las torres de las murallas, convertidas ahora en miradores privilegiados, se puede gozar de las vistas espectaculares de Girona y sus alrededores. La panorámica que se observa de la ciudad y la comarca desde Castillo de Montjuïc es magnífica.