Cuando hablamos de museos siempre nos imaginamos espacios cerrados  con salas repletas de cuadros, esculturas y piezas antiquísimas.

Pero existen ciertas obras que están completamente integradas en las calles, plazas o las afueras de una ciudad que hacen que el espectador contemple el arte sin apenas darse cuenta. Son lo que podríamos considerar museos al aire libre.

Repartidas por nuestra geografía existen varias propuestas para disfrutar del arte de esta manera.

Museo de las Esculturas

A escasos kilómetros de la capital, más concretamente en Leganés, está este museo al aire libre en el que en aproximadamente 27.000 metros cuadrados se recogen más de 70 piezas de enormes dimensiones de los artistas más destacados del siglo XX como Martín Chirino, Juan Bordes, Agustín Ibarrola, etc.

Una parte importante de la colección que abarca desde la figuración a la abstracción procede del Museo Reina Sofía. Una de las más importantes es la llamada ‘Satélite’, una esfera de más de nueve toneladas que representa la lucha por la libertad.

Museo de Arte Público

En pleno Paseo de la Castellana, en el puente Enrique Mata entre las calles de Juan Bravo y Eduardo Dato, encontramos este espacio donde se pueden contemplar esculturas de Miró, Chillida o Subirachs.

Desde los años setenta lleva este espacio en marcha con la finalidad de acercar a los ciudadanos las tendencias más vanguardistas de la época.

Una de sus peculiaridades es que puede ser visitado los 365 días del año a cualquier hora porque no está cercado. Por la noche con  la iluminación se pueden contemplar las esculturas con total detalle.

Museo Vostell

En la provincia de Cáceres en pleno paraje de Los Berruecos declarado Monumento Natural se encuentra este museo fundado por Wolf Vostell.

En el museo hay tres colecciones importantes. La primera recoge obras de arte realizadas con elementos de simbología fetichista como representación de los conflictos de la sociedad en la que vivimos.

La segunda está compuesta de 250 obras de 31 artistas norteamericanos, asiáticos y europeos. Una tercera formada por 60 piezas entre las que se encuentran cuadros, objetos, instalaciones y esculturas de 48 artistas conceptuales.

Pueblo-museo Genalguacil

En este pueblo de Málaga, pintores, escultores, ceramistas y fotógrafos van dejando su impronta en calles, plazas, paredes o tejados de todo el municipio.

Gatos sobre tejados, figuras humanas que miran el paisaje por la ventana, cabezas de burros que hacen de fuente… las obras están perfectamente integradas en el espacio.

Bosque de Oma

Un bosque animado cercano a las cuevas de Santimamiñe creado en 1984 por el artista bilbaíno Agustín Ibarrola.

Un espacio mágico en el que sintonizan a la perfección naturaleza y arte. Dibujos con formas humanas, geométricas y de animales hechos en los troncos de los árboles y las piedras de este bosque.

Este trabajo se encuadra dentro del Land Art, una corriente artística que trabaja directamente sobre el entorno natural, donde el pintor usa el propio pasaje como lienzo.

Sin duda estos museos al aire libre son una elección fantástica para ir de museos huyendo del concepto tradicional.