Mazinger Z, una rana con una paella, una fuente con forma de grifo… muchos son los «monumentos graciosos» que encontramos dispersos por la geografía española.

Aunque sin tener claro que se puedan catalogar como obras de arte en algunos casos, los artistas que las han creado han conseguido dar un toque divertido y muy original a las lugares donde se ubican.

  • El tomate de Miajadas (Cáceres): en esta localidad extremeña puede que esté ¡el tomate más grande del mundo! Una escultura de 4 metros de diámetro que se colocó encima de un poste, en mitad de una rotonda, haciendo homenaje su título de ‘Capital Europea del Tomate’. Si viajas desde Madrid por la A-5 seguro que lo verás a unos cuantos kilómetros de distancia.
  • El hombre avión (Castellón): del artista Juan Ripollés es esta escultura cuya construcción causó bastante polémica. Situada a la entrada del aeropuerto de Castellón, es una especie de figura humana de unos 20 metros de altura coronada por un avión de acero en la cabeza.
  • Cafetera (Palos de la Frontera): de tamaño gigante es esta cafetera italiana que unos estudiantes de soldadura de este municipio de Huelva decidieron colocar en una de sus calles. Una pena que no desprenda ese olorcito a café recién hecho por las mañanas.
  • El sireno (Vigo): creado por Francisco Leiro, esta escultura es el símbolo por excelencia de la ciudad. Una mezcla de hombre y pez es este personaje imaginario que se encuentra en la Porta do Sol, donde desde las alturas vigila a sus habitantes.

Pero por si no era suficiente, haciéndole compañía o la competencia (según se mire) en la calle Rosalia de Castro os encontraréis a ¡Dinoseto! Un dinosaurio vegetal que por equivocación se colocó allí y que es el mayor atractivo para hacerse selfie molón.

  • Los pavos (Jaén): de materiales de construcción y señales de tráfico están hechos estos dos pavos reales que el artista local José Fernández Ríos colocó en una de las rotondas de la ciudad por el año 2009.
  • La patata de Amorebieta (Vizcaya): con siete pichos, tres patas y una tela a modo de cola a esta figura ovalada del escultor Andrés Naguel se la conoce popularmente como la patata. Pesa unos 2.500kg y mide 9 metros de alto.
  • Oso de gominola (Madrid): en la madrileña localidad de Bohadilla del Monte desde 2006 encontramos este osito verde de 7 metros que recuerda a los famosos dulces y que se han convertido en una de las señas de identidad de su autor Eladio de Mora, provocador de sonrisas a través de sus creaciones.
  • Reloj de pulsera (La Coruña): marcando las horas junto al paseo marítimo y cerca de la entrada al Aquarium se encuentra un enorme reloj de pulsera que junto con otras, forma parte del conjunto monumental modernista de la ciudad gallega.

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