En la sierra norte de Guadalajara, en el Macizo de Ayllón, se encuentran los llamados pueblos negros.

Pequeñas localidades que se caracterizan por el uso de materiales oscuros para la construcción de sus casas, usando la piedra y pizarra como principal. De ahí que reciban el nombre de pueblos negros.

En general las viviendas de todos estos pueblos conservan la misma fisionomía, muros gruesos, ventanas pequeñas y grandes portones de madera.

Tamajón

Se considera la puerta de entrada a la ruta de los pueblos negros.

Su casco antiguo conserva algún caserón noble, como el Palacio de Mendoza, de estilo renacentista y que es una buena muestra de la arquitectura civil plateresca de mitad del XVI.

Destacan también la Iglesia de la Asunción y la Ermita de la Virgen de los Enebrales.

A las afueras de Tamajón, paseando por un camino repleto de encinas, enebros y sabinas en el que podemos cruzarnos con algún corzo o jabalí se encuentra una pequeña Ciudad Encantada. Una formación de roca caliza con arcos, cuevas y formas extrañas.

Valverde de los Arroyos

Su museo etnográfico dedicado a la arquitectura negra y la variedad de restaurantes y tiendas lo convierten en el más turístico de todos los pueblos negros de la ruta.

A diferencia del resto de localidades, sus casas combinan la pizarra con la cuarcita, que cuando reciben los rayos de sol desprenden una luminosidad de color dorado.

Desde aquí se puede llegar hasta las Chorreras de Despeñalagua, con impresionantes cascadas y pozas.

Umbralejo

En los años setenta este pueblo quedó completamente abandonado por la marcha de sus habitantes a las ciudades. Pasada más de una década hubo una iniciativa gracias a la cual se empezaron a usar las casas para fines educativos y el pueblo recobró vida.

La gran mayoría de ellas fueron restauradas y sirven como talleres, aulas o comedores. Se realizan campamentos y visitas guiadas para los turistas.

Roblecasas

Uno de los mejores ejemplos de arquitectura negra de toda la comarca, donde hasta el suelo de las calles es de pizarra.

Su iglesia tiene una bonita fachada de pizarra con una cruz típica de la zona elaborada en piedra blanca. Una construcción en ruinas de la que sólo queda la puerta, un arco y algún trozo de pared.

Muy cerca está la cascada del Aljibe, formadas por el Arroyo del Soto cuando desemboca en el río Jarama.

Campillo de Ranas

A sólo 3kms de Robrecasas se encuentra este pueblo en cuya plaza mayor se puede ver un reloj solar ubicado dentro de lo que en su día fue la casa del cura que se encuentra pegada a la iglesia de Santa María Magdalena.

Está construida en pizarra pero cuenta con la peculiaridad que su torre combina este material con piedras calizas en diferentes tonos.

En Campillo de Ranas existe un roble hueco del que no se sabe su edad y que se ha convertido en todo un símbolo de este pueblo.

Robleluengo

El conjunto sus edificaciones son de las mejores conservadas y guardan gran armonía.

Cuenta con una calle principal de la que salen callejones repletos de construcciones, una plaza ajardinada y una preciosa iglesia con una espadaña románica de forma triangular.

Majaelrayo

Sus paisajes naturales son de lo más bonito. Rodeados de montañas y varios arroyos, el Pico de Ocejón es lo más conocido.

Entre sus monumentos cuenta con la Iglesia de San Juan Bautista. En la Guerra Civil se perdieron sus retablos, el órgano y una de sus campanas.

A las afueras de Majaelrayo se pueden visitar las ruinas de dos ermitas, la de Santa Ana y la Virgen de la Concepción.

Planea tu escapada de fin de semana. Conoce los pueblos negros en la provincia de Guadalajara.