Hoy 21 de enero se celebra el Día Internacional del Abrazo, una fecha creada por el estadounidense Kevin Zaborney en 1986, que preocupado por las pocas muestras de afecto en público que tienen las personas en general incluso con sus familiares, pensó en crear este día con el fin de transmitir cariño entre los demás.
Si te gusta dar y recibir abrazos, este día es el momento perfecto para hacerlo sin tener que justificar el motivo.
Los abrazos tienen muchos beneficios para la salud a nivel afectivo y mental, aparte de ser una estupenda terapia. Sin embargo a pesar de lo bien que nos hacen sentir no damos tantos como debiéramos.
¿Por qué es tan importante abrazar?
Nos relaja. ¡Fuera estrés! El sentir el calor de otra persona hace que nuestro cuerpo se relaje. El ejemplo más claro es que desde que somos bebés, cuando los niños notan el calor de los padres al abrazarlos, instintivamente se calman y se sienten mejor.
Cura el insomnio. Cuando nos abrazan obtenemos un mayor bienestar y esto puede hacer que las personas que tienen problemas para dormir puedan conciliar el sueño con mayor facilidad.
Aporta seguridad. El ser humano es frágil por naturaleza, así que recibir abrazos nos ayuda a sentirnos seguros y confiados. Además sirve para calmar nuestro miedo ante cualquier situación.
Disminuye la presión arterial. Varios estudios han demostrado que las personas que no reciben contacto físico poseen una frecuencia cardiaca y una presión arterial mucho más elevada que aquellas que reciben abrazos con frecuencia.
Cubre nuestras necesidades afectivas. Dicen que una persona necesita por los menos 14 abrazos al día para sentirse plenamente querida. Las personas que nunca muestran afecto sufren lo que en psicología se conoce como ‘hambre de piel’, o lo que coloquialmente conocemos como necesidad de contacto humano.
Liberamos hormonas. Cada vez que abrazamos o nos abrazan nuestro cerebro segrega dos sustancias, la dopamina y la serotonina, ambas reducen el estrés y juntas proporcionan calma y sosiego. La serotonina por si sola aporta un efecto sedante y tranquilizador en nuestro organismo bastante importante.
Reducen el enfado y la apatía. Los abrazos estimulan la circulación y esto logra que nuestro cuerpo elimine la tensión acumulada que pueda tener.
Fortalece el sistema inmunitario. Por extraño que parezca, abrazar activa nuestro sistema favoreciendo la creación de glóbulos blancos. Gracias a esto se pueden prevenir muchas enfermedades y si nos encontramos débiles, mejorar nuestras defensas.
Además nos ayuda a rejuvenecer ya que favorece la oxigenación de nuestros tejidos, algo que aumenta la vida de nuestras células. Así que si quieres mantenerte más joven… ¡abraza todo el tiempo!
Si aun conociendo todos estos beneficios no eres muy de dar abrazos, te animamos a que manifiestes el amor a familiares o amigos en el Día Internacional del Abrazo ya sea con un gesto o algunas palabras de cariño.