¿Playa o montaña? Cualquier opción es buena si viajas a la Comunidad Valenciana sea cual sea la época del año.
Pueblos verdaderamente bonitos que gozan de un encanto especial y enamoran a sus visitantes.
Culla:
A este municipio de la provincia de Castellón lo envuelve una atmósfera particular.
Rodeado de naturaleza, sus orígenes se remontan a la prehistoria. Sus restos arqueológicos, pinturas rupestres y partes del poblado íbero son prueba de ello.
Paseando por sus calles también se puede disfrutar de una Culla más medieval en la que destaca el Granero del Comendador, la Iglesia del Salvador o las ruinas árabes del castillo.
Morella:
En este pueblo de interior, lo más notorio son las Cuevas de Morella La Vella donde se pueden ver pinturas rupestres del neolítico en muy buen estado de conservación.
Cuenta con un castillo coronado por casi dos kilómetros de muralla y más de dieciséis torres. Sobre ellos se asoma un laberinto de calles empinadas con caserones nobles, palacios e iglesias de gran valor artístico.
El Acueducto de Santa Lucía que Jaume II mandó a construir, es otro de los ejemplos de la arquitectura civil gótica y estuvo en funcionamiento durante más de cuatro siglos.
Con un conjunto artístico de gran valor, es la localidad gótica más interesante de la Comunidad Valenciana.
Denia:
Esta ciudad alicantina goza de una privilegiada situación a orillas del mediterráneo.
Sus extensas playas son su principal atractivo, pero en su casco histórico podemos encontrar un castillo de origen musulmán, que a día de hoy alberga el Museo Arqueológico.
Limitando con Jávea se puede visitar la Cova Tallada, uno de los lugares más espectaculares. Fue excavada en las Faldas del Cabo San Antonio para extraer arenilla, material con el que están construidos algunos de sus edificios más singulares.
Las mejores vistas de la zona se contemplan desde el Montgó, a 757m de altura, declarado Parque Natural desde 1987.
Villajoyosa:
Pueblo dedicado a la pesca y el chocolate tiene en el barrio del Arsenal su seña de identidad. Las fachadas de las casas pintadas de llamativos colores que son un verdadero espectáculo visual.
Entre el patrimonio monumental destaca el torreón de la Iglesia de la Asunción de estilo gótico catalán, los restos de la muralla que rodeaba a la ciudad, la Ermita de San Antonio o el Mirador del Riu.
Si te trae de cabeza el chocolate, es visita obligada alguna de sus fábricas, donde maestros artesanos chocolateros enseñan su proceso de elaboración.
Altea:
Situada en una colina, es una de las localidades más bonitas de la Costa Blanca.
Sus calles laberínticas están repletas de casas pintadas de blanco adornadas con flores en sus muros. El toque de color lo ponen las cúpulas azuladas de la Iglesia Nuestra Señora del Consuelo.
Una de las particularidades de El Fornet (así llaman al casco histórico) es que todas las callejuelas estrechas y en pendiente desembocan en plazoletas o iglesias.
La Playa de la Roda o la de Cap Blanch completan el atractivo de Altea.
Si te has quedado con ganas de más, no dudes en visitar la Comunidad Valenciana este otoño con Avanza Larga Distancia